La incursión en nuestras vidas del Covid y la pandemia, para muchas personas ha supuesto un cambio en su enfoque de la vida, así como en sus hábitos e incluso en su capacidad natural para enfrentarse a las dificultades.

Podemos remontarnos al año 2012, cuando las consecuencias de la crisis financiera de 2008, empezó a provocar quiebras de empresas y familias, como no se había visto nunca en nuestro país. A partir de ahí muchas personas se han despertado a la importancia de los asuntos económicos para el devenir de su futuro.

La importancia de adquirir conocimientos económicos, financieros y para el emprendimiento, se han convertido en una prioridad para muchas personas, conscientes de su importancia en la toma de decisiones, tanto a nivel personal, como empresarial o de los asuntos públicos.

La actual guerra en Europa, provocada por la invasión de Rusia a Ucrania, cuando aún no se había superado la pandemia, ni desde el punto de vista sanitario ni económico, volverá a ser un gran desafío para muchas personas.

Como en todas las situaciones complejas y desafiantes, unas personas salen más fortalecidas y otras más debilitadas, al tiempo que para otras, la consecuencia puede ser dramática, con fallecimientos, quiebras, enfermedades graves etc.

Formar parte de un grupo u otro, no suele ser algo aleatorio o fortuito. Las circunstancias personales de edad, educación, creencias políticas o religiosas, situación económica o familiar, entre otras, son absolutamente determinantes. Suele coincidir que la capacidad de resistencia física y mental, para enfrentarse a las situaciones complejas, es directamente proporcional al esfuerzo que se ha ido realizando en la vida, para la obtención de los logros que se hayan ido acumulando. Las personas acostumbradas a más dificultades, tienen mayor capacidad, que aquellos cuyas dificultades han sido menores.

Todo esto está demostrado sociológicamente a lo largo de la historia, y estas etapas de nuestra vida, también lo están demostrando.

Para los más jóvenes, que están forjando su carácter y su vida, es una gran oportunidad para enfrentarse a los desafíos de frente, con valentía, generosidad y flexibilidad.

Con las implicaciones que tienen todas estas crisis en los asuntos financieros y sobre todo en los mercados de capitales, una vez más, los inversores pacientes, formados e inteligentes, tomarán las mejores decisiones, dejando que la lógica les guíe y frene sus emociones.

Una gran amenaza para controlar nuestras emociones, está en la cantidad y calidad de información o noticias, que podemos asimilar. Casi todo el mundo coincide en el daño que hace el estar sobrexpuesto a la información. Con este asunto, como con otros muchos, cada uno debe conocerse a sí mismo, para saber hasta donde puede llegar y cuando debe decir basta.

La mayor certidumbre que manejamos en estos momentos, es la de que la tensión y las incertidumbres han llegado para quedarse. Por tanto acojamos a estos compañeros de viaje y convivamos con ellos, situándonos en el presente de nuestras responsabilidades, tareas, compromisos y necesidades, para sacar lo mejor de nosotros mismos, al tiempo que ayudemos a los demás a hacerlo.