Cómo ha transcurrido el mes de enero ya lo sabemos, porque lo hemos sufrido día a día y los datos de cierre de los principales índices, nos lo han dejado muy clarito.

El sector tecnológico ha sido en gran damnificado, como lo ha sido también el bolsillo de los ciudadanos con la subida de la inflación. El primero se ha visto dañado por las subidas de tipo de interés que se avecinan y por las altas valoraciones, del que sin duda fue el sector estrella durante casi dos años de pandemia. Las espectaculares subidas de la valoración de dicho sector se han visto truncadas, y a partir de ahora sólo subirán de forma selectiva, las compañías más sanas, las mejores posicionadas y con mejores expectativas para el futuro. No todo va a valer, de ahí que el papel de los gestores al seleccionas compañías, va a ser decisivo.

El bolsillo de los ciudadanos se ha visto mermado por el monstruo de la inflación, alimentado por la subida de un 14,76% del petróleo durante el mes de enero, por el conflicto entre Rusia y Ucrania, entre otras razones. También porque muchas empresas se están viendo obligadas a elevar el precio de los productos o servicios, por el aumento de sus costes.

Con todo ello, los inversores, los consumidores y los ahorradores pasivos (los que tienen su dinero en cuentas a la vista), han visto como han perdido patrimonio durante el mes de enero del nuevo año. Unos por los mercados y todos por la inflación.

El comienzo de febrero, en sus primeras sesiones fue algo más benévolo, hasta que llegó el mazazo del BCE al afirmar que la inflación se está resistiendo y que es un riesgo a corto plazo. En marzo Lagarde decidirá su adelanta la subida de tipos a este 2022, en lugar de esperar a 2023, como estaba planeado hasta ahora.

Las primas de riesgo están empezando a subir, para los países como España, que están muy endeudados y con crecimiento económico más débil. No olvidemos que nuestro país es el que pero ha salido de la crisis económica provocada por la pandemia, lo que va a poner en serios apuros al Gobierno, este año y para los años venideros.

Ante todo este cúmulo de malas noticias, y dado que estamos en los primeros días del nuevo mes, nos toca mantener la esperanza de que todo lo que ya está descontado en los mercados, sea suficiente, para poder mirar a la primavera y la llegada de noticias más amables.

Si el conflicto entre Rusia y Ucrania se modera, puede ayudar a relajarse los precios del petróleo y con ello, uno de los principales alimentos de la inflación. Si la pandemia se va transformando en endemia y se levantan restricciones en Asia y en otros países, eso puede ir ayudando a las cadenas de suministros y a los precios. Si los bancos centrales no ven tan alarmante el problema de la inflación, porque la ven realmente mejorando a medio plazo, sus políticas monetarias y sus discursos, serán menos agresivas.

Si todo eso pasa, los mercados descontarán los buenos resultados de las empresas, y aprovecharán los precios bajos de muchas de ellas, para aumentar posiciones, lo que hará que suban e impulsarán a muchos índices.

Si eso sucede, el mes de febrero podría cerrar con subidas, ayuden a mitigar las caídas del mes de enero.

Nos queda mucho mes por delante y la esperanza es lo último que se pierde, por ello, podría suceder.