La última semana de enero ha dejado claro que la normalidad se va a imponer, pese a quien pese y se lo tomen como se lo tomen los mercados financieros.

Ese ha sido el mensaje inequívoco que Powell, el presidente de la Reserva Federal americana ha dejado tras sus primeras declaraciones de este nuevo año, al confirmar que continúa su estrategia de subida de tipos. La fortaleza del crecimiento de la economía americana es una realidad, tal y como ha demostrado el dato definitivo de PIB, que ha crecido en la recta final del año, a pesar de Ómicron y de todas las demás variables. El mercado laboral está muy fuerte, las subidas salariales son una clara amenaza, para una inflación, que aunque estable, tiene que demostrar que va a ir retrocediendo.

La extrema volatilidad con la que comenzaron la semana los mercados, tras el aumento de las tensiones geopolíticas en torno a Ucrania, no se han visto aplacadas por el presidente de la Fed, como algunos pensaban que podría suceder. La hoja de ruta está marcada, las subidas de tipos comenzarán en marzo y lo que está por determinar es si serán en tres o cuatro veces, aunque lo previsible es que sean subidas de un 0,25% en cada ocasión.

El número de veces las determinará la evolución de la marcha de la economía americana, que a su vez, se verá influencia por los asuntos domésticos, además de la evolución de las restricciones en los países asiáticos por la variante ómicron y su impacto en las cadenas de suministros, así como por la evolución del conflicto geopolítico con epicentro en Ucrania.

Respecto a este último asunto, los expertos, aunque no descartan la intervención militar, porque nadie sabe realmente que va a suceder, lo cierto es que consideran que la vía diplomática y de negociaciones, parece la más probable, dado que a ninguno le interesa una guerra en la compleja situación en la que se encuentran las economías, tras la pandemia. Además se trata de una problemática de supremacía política en determinados territorios, que no solucionaría un conflicto militar, sino que todo apunta a que será un conflicto largo en el tiempo, con sus momentos de calma y de agitación. Ahora estaríamos en uno de agitación, que Rusia va a intentar utilizar para conseguir concesiones que tiene en su plan estratégico.

Sea como sea, los mercados financieros y sobre todo las bolsas, se han puesto nerviosas, como era de esperar, con fuerte volatilidad. El índice tecnológico Nasdaq es de más castigados, que lleva caídas superiores al 20% desde sus máximos.

A estas alturas, ya podemos determinar que el primer mes del año 2022, va a cerrar con caídas, para los principales índices bursátiles del mundo. Para algunas estadísticas, esto es presagio de que el balance del año va a ser negativo, pero los analistas consideran que los inversores no lo ven de esa manera y siguen confiando en que la renta variable será el activo más rentable en el presente año, algo que debería empezar a materializarse cuando se aclaren las incertidumbres y se empiecen a tener en cuenta los buenos resultados de gran parte de las empresas cotizadas.