El año entra en la recta final y los Bancos Centrales han sido los protagonistas indiscutibles en la última semana completa de este año 2021.

 Durante la presente semana, se ha celebrado la última reunión de los principales bancos centrales del mundo. No olvidemos, que tanto en 2008, como a partir de marzo de 2020, con la llegada de la pandemia, ellos han sido los garantes de la estabilidad financiera mundial, aplicando políticas monetarias expansivas, como no se había hecho hasta ahora, haciendo lo que coloquialmente se llama “fabricar dinero”. Esa política ha tenido muchos beneficios, pero los efectos secundarios van a empezar a notarse a partir del año próximo.La tónica general  es el cambio de política monetaria a nivel, lo que va a obligar a los Gobiernos, a las empresas y a los ciudadanos  a dejar la “respiración asistida” y empezar a respirar con sus propios pulmones, lo que va a suponer un esfuerzo directamente proporcional al endeudamiento que se haya contraído. De todos es sabido, que las cuentas públicas de España van a sufrir como pocos.

Reino Unido, Noruega y México han subido tipos de interés. La Reserva Federal de EEUU ha adelantado a marzo de 2022 el fin de su programa de compras y ha sugerido que subirá tipos de interés, en tres ocasiones, antes de que acabe el año 2022, alegando que la economía americana está muy fuerte y que la inflación está siendo más resistente de lo que inicialmente esperaban.

Por su parte el Banco de Japón ha anunciado que también pondrá fin a la compra de bonos en marzo del año próximo. Por el contrario, la presidenta del Banco Central Europeo alejó la posibilidad de subir tipos en la Zona Euro, hasta que acabe con su programa de compras de deuda en los mercados, que algunos expertos estiman que se producirá en 2024.

La sexta ola de la pandemia y las posibles restricciones que se apliquen en algunos países, hacen ser cautos respecto al impacto en la economía de los países de la Zona Euro, dado que puede frenar la actividad económica.

Con todo esto, los mercados financieros se debaten entre las buenas noticias americanas y la certidumbre de la política monetaria, al tiempo que miran de reojo con cierta preocupación la expansión del virus. Desde Sudafrica se sigue insistiendo en que a pesar del rápido contagio de ómicron, sus efectos son leves y por tanto no deberían preocupar demasiado.

Hasta que todo ellos se vaya confirmando, los inversores parecen más dispuestos a guardar las ganancias ya generadas y aprovechar momentos de caídas para preparar las carteras para el año próximo.

A pocas sesiones del cierre definitivo de 2021, no está claro, si los mercados se decantarán por las compras en las últimas sesiones, para reducir el impacto provocado por la irrupción de ómicron en el mundo.