Tenemos por delante cuatro semanas, en las que hay muchos asuntos pendientes, que harán que sea un cierre de año con mucha actividad, tanto en el mundo político, como empresarial o financiero.

Muchas empresas están en auténtica ebullición, preparando sus planes estratégicos, no sólo para el año próximo, sino para varios años. Los desafíos de la digitalización, la transición energética, la inflación alta, los problemas de suministro etc. están provocando que todos los directivos estén analizando su planes estratégicos, tanto a corto, como medio plazo.

La situación es tan compleja, que el futuro irá determinando quienes aciertan y quienes han errado su camino. El buque insignia de nuestras empresas internacionales, como es Inditex, ha pegado un giro de timón directivo, que al mercado financiero no termina de convencerle y al mundo de los directivos, bastante menos. Dado que la economía es implacable, si el cambio de rumbo es bueno, será premiado, como lo ha sido en las últimas décadas o por el contario sufrirá la perdida de confianza de los inversores, lo que puede llevarla a perder el brillo y esplendor que hasta ahora tenía.

Otras muchas empresas están inmersas en procesos de fusiones o adquisiciones, para implementar sus estrategias de futuro. De ahí la ebullición de actividad en todos los sectores.

En los asuntos políticos, y a nivel doméstico, la OCDE le ha dado la puntilla a las previsiones del gobierno, sobre el crecimiento económico para nuestro país. Anteriormente lo habían hecho el FMI, la Comisión Europea y el Banco de España. Recién aprobados los presupuestos para el año próximo, han nacido muertos, como ya sabían incluso los que los han elaborado y votado. Resulta bochornoso el espectáculo que contemplamos con un Gobierno que no gobierna, justo cuando más lo necesita quienes les pagan el sueldo. A los ciudadanos les va tocar seguir remando contracorriente, sin timonel y con el barco dañado. Sólo nos queda tener la esperanza de sobrevivir a la presente situación y la confianza de que vendrán tiempos mejores, en manos de otras personas.

En el mundo financiero las próximas semanas veremos si se produce el rally alcista o seguimos con sesiones de subidas y recortes, que nos impidan cerrar en los máximos alcanzados a mediados de noviembre. Buena parte de los que suceda, va a depender de los informes sobre los síntomas, contagios y vacunas, de la nueva variante Ómicron.

También tendrán muy en cuenta los mercados, las declaraciones de los responsables de los bancos centrales en su última reunión del año, esperando que mantengan sus estrategias de retirada de estímulos y retraso en las subidas de tipos.

Si las noticias que vienen de la evolución de la actual ola de la pandemia, así como de las noticias relativas a Ómicron, son medianamente positivas, no sería extraño ver a los mercados financieros tener el ansiado rally de fin de año, dado que todos los expertos afirman que el mercado ha reaccionado excesivamente con los recortes que se han producido.

Por tanto, si eso sucediese, los momentos actuales son oportunidades de compra, pensando en el medio y largo plazo.