A medida que pasan las semanas, las certezas e incertidumbres se agolpan, siendo algunas favorables y otras no tanto, sobre todo para los intereses de España y de los españoles.

Entre las certezas esperadas, tenemos que la Semana Santa quedará reducida a lo espiritual en los templos e iglesias, mientras que lo económico no va a poder ser. Los cierres perimetrales y los toques de queda, van a intentar impedir que la cuarta ola de la pandemia sea como la tercera. Las autoridades sanitarias están en alerta por las cepas nuevas y los contagios que suponen. Al menos, los sectores afectados, ya saben a qué atenerse y poder hacer sus estrategias de negocio, para seguir aguantando, hasta que llegue la ansiada normalidad total.

Otra de las certezas que están alarmando a los españoles ha sido la decisión del gobierno balear, con  Francina Armengol (PSOE) como presidenta, autorizar la expropiación de 56 viviendas vacías para destinarlas al alquiler social. Los expertos se han apresurado a alertar que otras Comunidades podrían hacerlo y que esas decisiones son resultado del manifiesto fracaso de dichos gobiernos autonómicos, para llevar adelante con éxito planes de viviendas sociales, sin tener que vulnerar el derecho a la propiedad privada que protege nuestra legislación. Como es de imaginar, esos 56 casos ya están en manos de los tribunales.

Otra certeza, en boca de uno de los inversores más influyentes del mundo, George Soros, es que “la situación de España es demasiado incierta” por tanto no recomienda invertir aquí , consecuencia directa de la imagen de Estado fallido que tiene nuestro país en el exterior. Soros ha señalado varios puntos débiles de la que califica como cuarta economía del euro, y entre ellos la incertidumbre de cuando acabará la legislatura. Incertidumbre que comparten la gran mayoría de los ciudadanos españoles.

En el mundo financiero la incertidumbre pasa por saber si realmente la inflación no será un problema este año, lo que obligue a los Bancos Centrales a reducir los estímulos antes de tiempo. Esta incertidumbre está provocando mayor volatilidad en los mercados de deuda y de renta variable, así como en los de divisas.

En el campo de las certidumbres está que los países productores y exportadores de petróleo, van a mantener un mes más la menor producción, pactada hace unos meses. Han quedado de volver a analizarlo el mes próximo, lo que ha provocado subidas importantes en el precio del barril de petróleo brent.

Otra certidumbre es que avanzan los procesos de vacunación en el mundo, por supuesto a distinto ritmo, como ya sabíamos que sucedería. La incertidumbre la tenemos en el hecho de saber si seguirán avanzando más rápido “los listillos de la clase” o si ya todos los países están haciendo que se cumplan las nuevas reglas de juego pactadas. Aquí la Unión Europea y España en concreto se juegan mucho, porque desde luego han quedado como los más torpes de la clase.