El comienzo de año no puede ser más desolador para la economía española, tal y como era de esperar, pero agravado por las nuevas restricciones, así como el cierre de media España por la ola de frío.

El balance de 2020 para la economía española es el reflejo de la deficiente gestión de la crisis sanitaria y económica durante todo el año. Alemania ya ha anunciado que su economía cerrará en año con una envidiable caída del 5%, por debajo de las estimaciones, que estaban en una caída del 5,7%.

El mes de diciembre para la gran mayoría de los países de la OCDE ha supuesto un crecimiento de sus economías, similar la época anterior a la pandemia. España, por el contrario, ha crecido un cuarta parte que el resto. La subida de la luz en el mes de diciembre, está dañando a las clases más vulnerables de la sociedad, al tiempo, que ha llevado a subir el IPC en diciembre un +0,3%, lo ha provocado que la inflación interanual, termine con un negativo del -0,5%.

El Gobierno español ya ha tenido que reconocer que sus previsiones de crecimiento del PIB en nuestro país para 2021 no se van a cumplir, e incluso algún análisis, ha publicado que será la mitad de los estimado por el Gobierno, con lo que ello va a suponer para la estabilidad presupuestaria, que tanto quieren en Bruselas que no se pierda de vista.

Mientras la tercera ola de la pandemia, sigue provocando restricciones y daños económicos cuantiosos, buena parte de los Gobiernos autonómicos y por supuesto el Gobierno central, demuestran que no han aprendido prácticamente nada, tras varios meses de pandemia y poniendo el mismo tipo de restricciones, para desesperación de buena parte de lo negocios españoles.

En Ministerio de Economía está elaborando un plan que convenza a Bruselas de que debemos ser destinatarios de la cuantía asignada a nuestro país, de los Fondos de Recuperación aprobados. Uno de los retos importantes para el Gobierno será seguir la directrices que marca Bruselas en materia de reformas estructurales, que claramente no están en la hoja de ruta del Gobierno.

Los estudios y análisis de muchos expertos en nuestro país, no son nada esperanzadores, respecto la capacidad para atraer fondos europeos. Entre otras razones, lo fundamentan en la falta de capacidad que nuestras administraciones públicas han tenido para recibir fondos, anteriormente, donde no se ha llegado ni a recibir el 50% de lo que se podía solicitar.

Resulta por tanto más que evidente, que el desafío que tiene el Gobierno para aprovechar las ayudas y que salgamos fortalecidos de la crítica situación que tiene nuestra economía, parece demasiado exigente, como para tener esperanzas sobre las bondades que puedan traernos los fondos europeos.

El conjunto de los españoles están pensando que es un gran momento para aprovechar, por parte de los dirigentes políticos, pero tal vez ellos no piensan lo mismo, sino más bien lo contrario. De hecho un país cuanto más pobre y necesitado, más dependiente de un Gobierno y sus prebendas.

Por que si no es esa la razón, tal vez se emplearían más a fondo, para superar las trabas, retos y dificultades, en lugar de dar excusas y hacer política destructiva. Un Gobierno, tiene enormes recursos para ponerlos realmente a trabajar para beneficiar al conjunto de los españoles, y más en estas circunstancias, en las que las recetas a aplicar nos las indican desde Bruselas, que claramente tienen bien diagnosticada la enfermedad y el tratamiento a aplicar.

Por tanto, ¿Cuál es la razón por la que nuestro Gobierno no está a la altura que las circunstancias le exigen?  La respuesta es poco relevante, porque lo único relevante será como va a salir España de todo esto y el veredicto lo darán las generaciones más jóvenes de nuestro país, que sin duda son los grandes damnificados.