La sesión del viernes ha sido la del cierre de los derivados y con ello, los clientes institucionales han dado por finalizado el año 2020. La principal consecuencia será la caída importante del volumen de negociación en las últimas sesiones del año.

Como temas importantes que están sobre la mesa en la recta final del año son la negociación del Brexit, el comienzo de la vacunación en Europa y  EEUU, así como las negociaciones entre republicanos y demócratas para sacar adelante un paquete de ayudas a empresas y desempleados, por la vía de urgencia.

En el supuesto caso de que en ninguno de esos asuntos se produzcan sorpresas negativas imprevistas, el mes de diciembre cerraría con positivo en los principales índices bursátiles del mundo, sumando rentabilidad a las carteras de los inversores, tras la fulgurante subida del mes de noviembre, sobre todo para los valores de la vieja economía.

Los valores de la nueva economía habían estado liderando las subidas desde el mes de abril, mientras que los de la vieja economía, más afectados por las consecuencias económicas de la pandemia, se habían mantenido en un segundo plano, con subidas más moderadas. El resultado de las elecciones americanas y la aprobación de las vacunas, han dado brillo y esplendor a los valores tradicionales, colocándose en muy buena posición para continuar con la recuperación de su valoración en 2021.

Este comportamiento de esos sectores, ha permitido que las carteras bien diversificadas, hayan conseguido recuperarse de forma importante en la recta final el año, de manera que van a superar los niveles que tenían a finales de 2019 y estar muy bien posicionadas, para continuar acumulando rentabilidad en el año próximo.

Los gestores aconsejan la gestión muy flexible, para poder moverse a lo largo y ancho de la geografía mundial, al tiempo que lo harán también con las distintas clases de activos que tienen disponibles.

La inflación negativa con la que va a cerrar la Zona Euro, muy próxima al -1%, será un plus de rentabilidad para las carteras en 2020. No debemos olvidar, que el objetivo de rentabilidad, debe ser superar la inflación a lo largo de los años, algo que sólo consiguen los inversores que respetan su perfil de riesgo, al margen del comportamiento de los mercados.

Las emociones de pánico o euforia, son muy malas consejeras, por lo que suelen causar daños importantes en los patrimonios que se autogestionan. También suele causar muchos daños patrimoniales la concentración en pocos valores o activos, como lo ha demostrado el comportamiento de “los valores de toda la vida” que han tenido los inversores en cartera desde la crisis financiera de 2008.

Los desafíos para el futuro son importantes, pero los gestores de fondos internacionales o nacionales independientes, utilizarán toda su experiencia y nuevas tecnologías a su disposición, para seguir ayudando a los inversores a preservar sus patrimonios y hacerlos crecer en los próximos años.