La semana nos ha dejado muy claro cual va a ser el escenario y campo de juego para los próximos meses. Las curvas van a ser muy pronunciadas y constantes. Los índices de volatilidad así lo indican, para los mercados financieros y sobre todo para el mercado americano.

Desde el punto de vista macroeconómico, los datos de actividad económica en los sectores manufactureros y de servicios, está reflejando que China sigue con una fuerte recuperación y por delante del resto. EEUU lleva 3 meses consecutivos mejorando la actividad industrial y con un impacto muy limitado de los rebrotes en la recuperación económica. Si tasa de desempleo baja al 8,4% en agosto, aunque se crean menos puestos de trabajo de lo previsto. El dato que ha dado al traste con los máximos históricos de los índices americanos ha sido el déficit comercial. Las exportaciones son menores que las importaciones, lo que para algunos analistas, les a llevado a pensar que puede empeorar la guerra comercial entre EEUU y China. Si eso fuese así, las compañías tecnológicas americanas, serían de las más afectadas, por ello han sido las más castigadas en las caídas.

En Europa los datos macroeconómicos reflejan que la actividad industrial se mantiene, pero el sector servicios se ha visto afectado por los rebrotes, de ahí que se descarte una recuperación rápida de las economías. Por otro lado, también se está constando que la recuperación se está produciendo a varias velocidades entre los distintos países. En el caso de España, la posición es de estar entre los que están teniendo menor recuperación, algo que pone en jaque la elaboración de los presupuestos generales del Estado, así como la política económica.

Por su parte, desde el BCE, Luis de Guindos mencionaba esta semana la necesidad de que la banca española y la europea, se pusiesen a trabajar en las concentraciones del sector. Algo que ya se venía repitiendo desde hace años, pero que la caída de rentabilidad que están sufriendo, está avocando al sector, a reducir el número de jugadores. En esa dirección y en torno a 48 horas después de las palabras de Luis de Guindos, Caixabank y Bankia han anunciado que están en proceso de fusión, lo que está suponiendo el pistoletazo de salida de todo lo que va a suceder en el sector bancario tanto en nuestro país como en Europa.

Las turbulencias y curvas para los próximos meses, las podemos ver en forma de más volatilidad en el mercado ante las incertidumbres ya conocidas y las que van a provocar las elecciones americanas, donde a estas alturas, lo que más preocupa es la crisis institucional que puede provocar la posible pérdida de Trump y su negativa a aceptar los resultados, como ya ha anunciado, incluso antes de comenzar la carrera electoral. El posible Brexit duro es otro asunto que irá preocupando de forma importante, cuanto más cerca estemos del 31 de diciembre.

Los Bancos Centrales van a tener que seguir dando munición al mercado y los Gobiernos van a tener que gestionar muy bien las políticas económicas, fundamentalmente los paquetes de ayudas y estímulos fiscales, así como la eficiencia de los mismos para la recuperación económica.

Los inversores verán más fluctuaciones en las carteras, de lo visto desde finales de marzo, pero en principio, sin dramas importantes.