La posibilidad de que la ministra Nadia Calviño pueda liderar el Eurogrupo, sin duda es una gran oportunidad para España y para el conjunto de los españoles.

Durante toda la pandemia, cuando se ha hablado de España a nivel internacional, ha sido para destacar la desastrosa gestión de la pandemia, lo que nos ha llevado a un confinamiento mayor que la media, a un número mayor de fallecidos y a un impacto enorme en la economía.

Esta misma semana la OCDE mencionaba que si hubiese un rebrote importante de la pandemia en la recta final del año, España sería el país que más sufriría, con caídas del PIB en torno al 14%. Si eso no fuese así, España, junto con Italia, Francia y Reino Unido, caerían entre un 11 y un 12%, frente a EEUU o Alemania cuyas economías se estima que caigan ligeramente por encima del 6% en este 2020.

En la Unión Europea, se está debatiendo por parte de los ministros de finanzas, todos los detalles del aprobado fondo de recuperación para los países miembros. Mientras tanto, Reino Unido, cuya economía, ha marcado en abril un retroceso histórico del 20%, ha anunciado que no necesita prórrogas a su plan para abandonar la Unión Europea, de manera que lo hará el 31 de diciembre, sea con un acuerdo o sin él.

Durante la presente semana, ante la salida del actual presidente del Eurogrupo, el portugués, Maria Centeno, la ministra española Nadie Calviño, entra en las quinielas de los posibles candidatos. En palabras de la propia ministra, ella está dispuesta a aceptar el cargo, pero está en manos de Pedro Sánchez el proponerla o no.

Lo que opinan los expertos políticos, es que esto le abre al presidente del Gobierno de España una auténtica encrucijada, porque liderar el Eurogrupo significa obedecer a Bruselas, en un momento crucial para los países que más ayuda van a necesitar para recuperar las economías del impacto del confinamiento.

Teniendo en cuenta el enfrentamiento de posturas entre España y los países del norte, respecto a las condiciones para acceder a dichas ayudas, sin duda es un reto claro para Pedro Sanchez. Si piensa en el bien de España y en el de la ministra, sin duda aceptará que se postule como candidata.

Si por el contrario, sigue al lado de los miembros del gobierno contrarios a las exigencias de Bruselas e incluso a la propia ministra, nos dejará sin una oportunidad importante, para recuperar buena parte del prestigio internacional que hemos perdido con la pandemia. Además de ello pondrá en riesgo las ayudas que necesitamos desde Europa, al tiempo que debilitará la miembro de su gobierno más valioso y más necesario para los intereses económicos del conjunto de los españoles.

Por tanto y en conclusión, cuando menos lo esperaban y según la decisión que tome, se verá que intenciones tiene, para enfrentarse a la reconstrucción de España, lo que nos dará una mayor visibilidad sobre la solvencia o no del plan sobre el que va a trabajar el gobierno, que nos ha llevado a la recesión más profunda que ha vivido España, desde la guerra civil.