La llegada del coronavirus a mediados de enero, anunciada por China, dejó en un segundo plano la gran preocupación para las economías mundiales, que arrancó en 2018. Ahora las tensiones han vuelto y prometen sumarse al resto de las que ya existen con la recesión mundial.

Aunque nos parece que el mundo se paró a mediados de marzo y vivimos en otro distinto, lo cierto es que algunos asuntos del pasado sin cerrar, están volviendo para recordarnos que las amenazas a las economías mundiales son múltiples.

Recordemos que la guerra comercial entre EEUU y China, desatada por la administración Trump para fortalecer la posición comercial de EEUU en el mundo, le llevó a poner aranceles en muchos países del mundo. Lo que más impacto tuvo en los mercados financieros mundiales fueron los aranceles al acero importado de varios países, entre ellos China. A partir de ahí se fueron acumulando más productos con aranceles y una escalada entre las dos principales potencias del mundo, que duró casi dos años de ataques.

A mediados de enero se consiguió firmar un acuerdo entre EEUU y China, en lo que se consideró la primera fase de una serie de acuerdos posteriores. Gracias a las negociaciones de finales de 2019, los mercados financieros mundiales, consiguieron recuperarse de lo caído en 2018 y premiar a los pacientes inversores, con subidas que les permitían conseguir rentabilidades positivas, por encima de la inflación de los dos últimos años.

El comienzo de 2020 para los mercados, también había sido fulgurante, ante la certeza de la firma del acuerdo, la menor tensión en las relaciones entre ambos países, y las buenas expectativas que había sobre los resultados empresariales y el comportamiento de las economías.

Inmediatamente después de la firma de ese acuerdo, China anuncia al mundo la situación que están viviendo con el coronavirus y a partir de ahí, todo se transformó, para adentrarnos en territorio de recesión mundial y una situación social de enorme incertidumbre.

El pasado fin de semana, algunos miembros de la administración Trump, han anunciado que EEUU tiene pruebas evidentes de que el virus ha sido fabricado en laboratorios chinos, informando de ello a sus socios europeos. Sin demasiado ruido, Francia y Alemania apoyan la tesis de EEUU.

Lo inmediato que ha hecho el presidente americano, ha sido amenazar a China con volver atrás en su guerra comercial, imponiéndole nuevos aranceles. Dado que en buena parte de Asia ha sido festivo durante varios días, lo único que ha recogido la prensa internacional, son las amenazas y declaraciones de EEUU. El hecho de que China no esté cumpliendo el acuerdo firmado en enero, dado que los productos agrícolas que se comprometió a adquirir, se los está comprando a los rusos, ha provocado que Trump volviese a tensar la relaciones con ellos.

Durante toda la semana los mercados financieros han contenido la respiración, hasta tener noticias de la reacción de China, ante las amenazas de EEUU. Afortunadamente, parece que han comenzado las conversaciones y que la segunda economía del mundo está dispuesta a cumplir las condiciones del acuerdo firmado.

En principio han quedado para seguir las conversaciones la semana próxima, pero al menos los mercados mundiales se van de fin de semana con cierto alivio, porque muchos ya daban por muerto el acuerdo firmado, con las graves consecuencias que ello podría suponer para las economías del mundo, en un momento tan vulnerable como el que se encuentran.

Para ambas superpotencias ha sido una semana de noticias esperanzadoras en sus economías. En China porque el turismo muestra ya cierto optimismo y por su buen dato de exportaciones, que ha sorprendido favorablemente. En EEUU, el terrible dato de que tienen 33 millones de personas con subsidio de desempleo, se ha visto apaciguado porque el dato mensual de desempleo, correspondiente abril, ha sido ligeramente mejor de los esperado, aunque se han destruido 20 millones de empleo, llegando la tasa el 14,7%

No obstante se trata del mes con el impacto total del confinamiento, para una economía que ya se está abriendo y que ha demostrado en todas las crisis, su enorme capacidad para recuperarse en el mercado laboral.

Con todo ello, los mercados de renta variable, tanto en Asia, como Europa o EEUU, están celebrándolo con subidas, tras un comienzo de mayo con recortes en sus primeras sesiones.