Por tercera semana consecutiva, China ha sido la protagonista de buena parte de lo que ha afectado al comportamiento de los mercados financieros.

En la recta final de enero el coronavirus y los temores a cómo va a afectar a la economía China, además del resto de economías de la zona y de los países desarrollados, provocaron caídas en los principales índices bursátiles. Con ello, el primer mes del año se saldó con un balance negativo.

Habitualmente se dice que lo que hagan los mercados en el mes de enero, serán el reflejo de lo que se puede esperar como balance del año. Claramente en 2018 no se cumplió, dado que el mercado subió en enero, para desplomarse de forma importante en el balance de cierre de año. En 2019 claramente se cumplió, porque enero cerró con subidas, que se extrapolaron al conjunto del año.

Para 2020, las previsiones han sido favorables para los mercados de renta variable, especialmente para los emergentes y Europa. Ahora que enero ha cerrado con caídas, nos quedan por delante 11 meses para saber si tendrán razón las previsiones de los economistas o si por el contrario, se cumplirá la máxima de que enero marca la tendencia.

De momento tenemos que decir que la primera semana de febrero ha supuesto una fulgurante subida en los índices bursátiles que les han colocado en los niveles previos a la irrupción del coronavirus. Los expertos llaman a la prudencia porque no está cuantificado el impacto en las economías.

China a tomado la decisión de lanzar al sistema 150.000 millones de dólares, que según los expertos ayudarán a que el impacto que pueda sufrir la economía, se recupere de forma rápida. Por otro lado, también ha ayudado sobremanera el anuncio por parte del Gobierno Chino de que va a reducir a la mitad los aranceles que cobran a unos 1.700 productos que se importan de EEUU. Esta medida es una gran noticia, que va en consonancia con lo que se esperaba tras la firma de la primera fase del acuerdo comercial entre EEUU y China el pasado 15 de enero.

Las caídas del precio del barril de petróleo también son una noticia favorable, porque mejora el margen de beneficio de muchas empresas y la factura de las cuentas públicas de muchos países. Todo esto sin duda está dando ánimos renovados a los inversores.

En la parte menos amable de la semana nos hemos encontrado con la sorpresa de que ha aumentado ligeramente el desempleo en EEUU durante el mes de enero, cuando no estaba previsto que sucediese.

En clave doméstica, ya tenemos los datos de que el desempleo a aumentado en nuestro país un 2,85% en el mes de enero, al tiempo que se ha ralentizado la producción industrial y el sector servicios, fruto todo ello de la subida del salario mínimo interprofesional, así como las subidas de impuestos anunciadas por el gobierno y la desconfianza que hay sobre el futuro económico de nuestro país.