Una vez más, China ha sido la protagonista más destacada de la semana, en esta ocasión por el coronavirus y la preocupación internacional sobre su impacto en las economías, si el país pierde el control del brote.

A estas alturas, parece innegable como el país asiático, se ha ido colando en las últimas décadas, como el firme candidato a quitarle el protagonismo a EEUU, en su todopoderosa hegemonía mundial. La semana pasada hablábamos de la firma de la primera fase del esperado acuerdo entre ambos países, como algo que está teniendo un enorme impacto en las economías mundiales, de hecho, tras la firma del acuerdo, ha mejorado la confianza empresarial en Alemania, ante unas mejores expectativas para las exportaciones.

Durante la presente semana, dos citas importantes como han sido la reunión del BCE y la cumbre de Davos, han tenido un protagonismo menor, ante el conocimiento del brote de coronavirus su contagio entre humanos y los riesgos ciertos para salud mundial, si las autoridades chinas no controlan la situación.

Los mercados financieros mundiales se han movido más por las noticias que venían del país asiático, que por las esperanzadoras conclusiones de la Cumbre Económica para este 2020 o por la decisión de la nueva presidenta del BCE, de mantener los tipo bajos y la ayuda a las economías, durante bastante tiempo. Lagarde ha incorporado como novedad a su discurso, el hecho de que va a revisar la estrategia del BCE, sobre todo en las exigencias del IPC para la Zona Euro, dado que a todas luces, parece muy difícil llegar a ese 2% marcado.

Las subidas de los mercados en la última sesión de la semana se ha debido fundamentalmente a la tranquilidad de que la Organización Mundial de la Salud no ha declarado el coronavirus como emergencia sanitaria global, al tiempo que la noticias que vienen desde allí, es de control de la situación con las medidas de las autoridades chinas, como el apoyo que las empresas y la sociedad están dando a los ciudadanos de las provincias en riesgo, para evitar su contagio masivo.

No obstante durante buena parte de la semana, el sector de las aerolíneas a nivel mundial ha pagado con caídas en sus cotizaciones la crisis sanitaria en China, debido a las restricciones de vuelos a unos 30 millones de chinos, así como el impacto en otros turistas mundiales, que deciden esperar a viajar hasta que no se confirme que no hay un riesgo mundial. Las empresas de lujo o relacionadas con el turismo en general, también se han visto afectadas.

A nivel doméstico tenemos que destacar que el FMI ha recortado las previsiones de crecimiento de España al 1,6% para este año y para el próximo, algo que se ajusta a la realidad de un aumento del desempleo y la preocupación por el futuro económico de nuestro país.

El Gobierno ya ha subido el salario mínimo interprofesional, y en Davos ha confirmado su intención de subir impuestos todo lo que haga falta, para cumplir las exigencias de Bruselas sin recortar el gasto público. Estas afirmaciones se suman a las previsiones de recortes en las deducciones de las empresas, lo que hará que aumente el pago de impuestos.

En la cumbre de Davos, el presidente francés ha llegado a un acuerdo con el presidente americano, de no imponer la tasa a las tecnológicas americanas hasta final de año. Donald Trump amenazó con imponer un arancel del 25% a las exportaciones de automóviles, si se incumplía el compromiso.