La primera semana de octubre nos ha traído la confirmación de la desaceleración económica mundial, colocando a España como la economía que más lo hace, según la OCDE


Nuestro IPC se sitúa en el 0,1% para el conjunto del año, y si muchas perspectivas de que suba de forma importante en la recta final del año. Con un dato tan bajo, hace que se conviertan en desmesuradas buena parte de las subidas salariales del presente año, así como las pensiones. Esto hace que sea mayor el riesgo de seguir perdiendo competitividad nuestra economía, algo que siempre han terminado pagando los ciudadanos en forma de desempleo o bajadas bruscas de ingresos.

Por lo que respecta al Brexit, el día 18 de octubre es la fecha límite en la que Reino Unido debe pedir el aplazamiento para la salida de la Unión Europea, fijada para el 31 de octubre. Si se pasase de esa fecha, ya no hay retorno y con acuerdo o sin él, abandonarían el Club. Ante la premura de las fechas, las delegaciones de Bruselas y Reino Unido están negociando a marchas forzadas, lo que ha relajado bastante la tensión vivida en las últimas semanas. Ahora está por ver cual será el desenlace, que tendrá lugar la semana próxima.

Los mercados financieros están confiados en que se produzca un acuerdo o un aplazamiento, de ahí que estén subiendo las bolsas con fuerza en la recta final de la semana.

Por otro lado, la reunión en EEUU, con la delegación China, para tratar de avanzar en la negociaciones comerciales entre ambos países, bajo lo presión de que en la semana próxima entran en vigor los nuevos aranceles anunciados hace semanas por el presidente americano.

Las noticias y opiniones que se están lanzando a los mercados apuntan a unas negociaciones distendidas, lo que está animando a los mercados de renta variable, junto con las negociaciones en Europa.

La semana próxima será por tanto crucial, para estos asuntos que están teniendo un gran impacto en la evolución de la economía mundial.

Mientras tanto, los ahorradores españoles se han encontrado esta semana con la noticia de que Bankia ha enviado una carta a sus clientes de banca privada, avisando que podrán cobrarles hasta un 0,5% por los depósitos bancarios. Esta noticia, da fuerza a quienes opinan que toda la banca española, está abocada a cobrar a los clientes particulares por sus depósitos, como ya lo están haciendo varios países como Suiza o Alemania.

En los comentarios que se hacen, se apunta a que el cobro se realizaría a quienes tengan más de 100.000 euros en depósitos. Si todo esto llega a suceder, buena parte de los ahorradores españoles deberán pasar a convertirse en inversores, y sus ahorros improductivos, pasarían a ser productivos a través del mercado de capitales.

El proceso de cambio será inevitable para quienes deseen seguir preservando sus patrimonios. Algo que cada ahorrador tendrá que decidir, si en los próximos meses, se produce ese cobro a los depósitos.