A lo largo de la historia seguro que hemos tenido algún agosto placentero y benévolo en los mercados financieros, pero desde 2007, la gran mayoría han sido de caídas en los mercados de renta variable.

Unos años, la protagonista ha sido China, otros Corea del Norte, ahora nos toca EEUU y su descontrolado presidente. En las últimas semanas, está dejando bien claro, que está en modo electoral y que hará lo que haga falta para tener claras opciones de repetir, cuatro años más en la Casa Blanca. Cualquier noticia o acontecimiento adverso, se encuentra con el acelerante del menor volumen de negociación en los mercados, al ser agosto el mes de vacaciones por excelencia.

Con la  intención de repetir, está forzando a la Reserva Federal a bajar tipos de interés. El presidente Powell ha tenido que bajar los tipos de interés en EEUU un 0,25%, ante la presión recibida y poniendo como excusa que se trata de mantener el ciclo económico lo más largo posible.

Según muchos expertos, la enorme división que hay dentro de la Reserva Federal, dado que la decisión de bajar tipos no se tomó por unanimidad, así como la poca convicción de las declaraciones del Powell ante los medios de comunicación, evidencian la clara intervención del Presidente. Esta realidad es especialmente grave, dado que hablamos de la primera economía del mundo, donde por encima de todo, la Reserva Federal debe ser independiente el Gobierno y tomar las decisiones de política económica más coherentes, por el bien de la economía americana, no por el bien de la administración de turno.

Posiblemente estemos asistiendo al momento histórico de mayor intervencionismo de un Presidente americano, en asuntos clave, tanto desde el punto de vista comercial, como de política económica. Sin duda dos de los pilares centrales de la primera economía del mundo y de las economías mundiales en general, dado que un aumento del proteccionismo comercial, no va a ayudar a que las economías mejoren. De ahí el interés en que se avance en el acuerdo comercial con China y que se relaje la política arancelaria de la administración Trump, que reparte por el mundo, aparentemente de forma aleatoria, sobre a quien se los aplica y a quienes se lo perdona.

En los últimos días, el aumento de la tensión entre EEUU y China, al anunciar Trump nuevos aranceles para las importaciones chinas, ha recibido una respuesta inmediata con caídas en los mercados financieros. China le ha devuelto la pelota al cancelar los pedidos de carne de cerdo que estaban en marcha.

Lo que saben todos los presidentes, o aspirantes a presidentes, de cualquier Gobierno del mundo, es que la situación económica del país, es clave para una elección o reelección. Que se lo digan al Gobierno Griego que acaba de ser fulminado por las urnas. En España y desde hace décadas, los Gobiernos socialistas siempre han sido fulminados por la mala situación de la economía española.

Donald Trump tiene eso muy presente, de ahí que esté haciendo lo que sea preciso, sin medir los riesgos ni las implicaciones, para que la economía siga en crecimiento, al menos hasta las elecciones presidenciales americanas a finales de 2020. Ahora que la munición de bajar impuestos, ya no está surtiendo efecto, busca las medidas de política monetaria, de forma desesperada, para frenar la desaceleración de la economía.

Con China está jugando a ganarle la batalla y doblegar a su rival más inmediato. Los años de dejar hacer al país comunista, han pasado a la historia, cuando se han convertido en una amenaza real y no en un aliado. Un país comunista, en una economía de libre mercado, tiene ventajas, que ahora se han puesto de manifiesto y están intentando frenar.

La ventaja para el resto de países, que miran la situación  y que también sufren el impacto de la guerra comercial, sin ser parte directa, es que ninguna de las dos economías están en situación de alargar el conflicto de forma indefinida y a Trump, además, le apuran los plazos para la reelección, cosa que en China no va a suceder, porque ya sabemos que allí no se eligen los Gobiernos por el pueblo. Ante esta situación, es por la que posiblemente Trump esta aumentando la presión, para intentar que las negociaciones avances, pudiéndose colgar la medalla del acuerdo, antes de las elecciones.

Mientras tanto, los mercados financieros están de vacaciones y cuando se acabe agosto, se analizarán con detalle los impactos, en un contexto en el que no hay nada nuevo, lo que también tranquiliza bastante, respecto a lo que está sucediendo en este comienzo de mes.