Nos quedan todavía dos meses de verano por delante, uno de ellos el estival por excelencia, agosto, en el que se paraliza más el país, que con el actual Gobierno en funciones, no obstante, todos los temas de calado que se analizan como temas de actualidad, hablan de que tendremos un otoño con muchas curvas.

En los asuntos políticos domésticos, hasta el 23 de septiembre, primer día de otoño, no sabremos si habrá Gobierno que deje de estar en funciones o si por contrario se convocarán nuevas elecciones para el 10 de noviembre, para que no haya dudas de que la estación otoñal está más presente, que el propio verano.

En asuntos políticos británicos, el nuevo Primer Ministro no ha dejado escapar si un solo minuto de su recién estrenado cargo, parar dejarle claro a los nuevos dirigentes europeos en Bruselas, que el 31 de octubre habrá Brexit, por las buenas o por las malas. Con estas declaraciones, está pretendiendo que Bruselas negocie con Reino Unido, lo que le negó a la antecesora de Boris Johnson, bajo la amenaza de irse con un portazo. Veremos si la realidad modera sus pretensiones o hay saltos al vacío y sin red.

La situación va a suponer un enorme esfuerzo por ambas partes, dado que los interlocutores están tomando posiciones en sus nuevos cargos, las negociaciones serán duras y el tiempo muy corto. Sin duda un desafío para todas las partes e incluso para los distintos países, incluida España, que tiene mucho que salvaguardar en dichas negociaciones.

La desaceleración económica mundial ya está ralentizando a la primera economía del mundo, que en el segundo semestre del año ha crecido un 2,1%, frente al 3,1%, al que crecía en el primer trimestre del presente año. Esta realidad abre la puerta de par en par a la posibilidad de que la Reserva Federal empiece a bajar los tipos de interés en la reunión del 31 de julio. Recordemos que en los últimos años, los tipos de interés americanos han subido desde el 0 – 0,25% hasta el 2,5%, al tiempo que la Reserva Federal ha normalizado su política económica, eliminando las ayudas y reduciendo el balance. Esto la sitúa en una situación más privilegiada que el Banco Central Europeo, que con una economía que languidece y con una inflación que ni se aproxima al 2%, están pensando en implementar una serie de medidas aún más agresivas, a partir del mes de septiembre.

Los expertos consideran que la situación del BCE es muy desesperada, que le puede llevar a territorios no explorados jamás, lo que aumentaría los potenciales riesgos para las economías europeas, en el supuesto caso de seguir fracasando en la consecución de sus objetivos de crecimiento e inflación para la Zona Euro.

Todos estos asuntos afectarán mucho a la economía española, de ahí que los expertos consideren, que enfrentarnos a todo ello con un Gobierno en funciones, nos posiciona en una situación de extrema debilidad. Los comentarios en los mercados financieros internacionales, respecto al intento fallido de investidura, es que para los intereses de España, ha sido mejor opción que un Gobierno con los reconocidos enemigos del Estado de Derecho español y del Estado del Bienestar, conquistado de la llegada de la democracia.

También están de acuerdo en que lo mejor sería un acuerdo para tener Gobierno cuanto antes, pero por supuesto, con las garantías de que se llevarían a cabo las políticas que España necesita para enfrentarse a los desafíos que nos rodean, tanto con nuestros socios comunitarios, como con la lucha entre las dos principales potencias del mundo.

Mientras tanto, los mercados financieros están en modo “ ver y esperar”, con movimientos bastante planos. Ahora nos adentraremos en el mes de agosto, que con un volumen inferior a los meses principales del año, suele ver aumentar la volatilidad, si hay sorpresas negativas.

Para muchos de los que les espera un otoño con más curvas de las que les gustaría, sus vacaciones no serán demasiado tranquilas ni relajadas, pero para la mayoría de los mortales, si podrán serlo, dado que poco depende de ellos, las decisiones que deberán tomar los que están al frente de los poderes políticos y económicos.

Carteras defensivas y estrategias muy diversificadas son las recetas para los inversores, que buscan sobre todo, preservar patrimonios.