En pleno comienzo del segundo trimestre del año, los economistas jefe de las principales entidades financieras del mundo, están publicando sus informes sobre las economías y mercados financieros para los próximos meses.

Al tiempo que preparan sus maletas para irse de vacaciones, están preparando dichos informes y publicándolos, para que sirvan de guía y referente a los inversores. Todos ellos coinciden en que obtener rentabilidades medianamente atractivas, será un auténtico desafío, no sólo para los próximos meses, sino también para los próximos años.

El gran debate lo tienen respecto a la economía estadounidense, confirmando su ciclo de crecimiento más largo en la historia, pero también el de menor crecimiento. Si en los anteriores el crecimiento rondaba el 4% anual, en el actual están en torno al 2%. La duda es como está la salud de la primera economía del mundo y la pregunta es si están ya en una cambio de ciclo. Esta misma duda la tenían a finales del año pasado y ahora ha vuelto a resurgir con fuerza. De ahí que los movimientos en la política monetaria, por parte de la Reserva Federal, serán un fiable indicador de cómo está la situación.

Numerosos economistas confían en una primera bajada de tipos de interés a finales de julio y otras consecutivas antes de llegar a final de año. Esta realidad podría llevar a debilitarse el dólar americano La falta de acuerdo comercial entre China y EEUU, para algunos economistas creen que podría terminar desembocando en un cambio de ciclo. más próximo en el tiempo.

A esta nube negra, se suman el Brexit o la situación de los mercados de deuda mundiales, o la inestabilidad política en países con Italia o España. En el apartado de brotes verdes, famosa frase, que hacía años que no se mencionaba, algunos economistas ven la posibilidad de la estabilización de los crecimientos económicos a nivel mundial, tras la clara desaceleración que llevan sufriendo desde el año anterior.

En los mercados financieros, con la excepción de los índices americanos, que están marcando máximos en sesiones alternas, podríamos decir, que se encuentran en el terreno negativo desde finales de 2017. La retirada de parte de los estímulos monetarios se ha notado en los mercados, pero la intención de volver a ellos, por parte del Banco Central Europeo e incluso bajar tipos, a partir de septiembre, a corto plazo podríamos decir que son “gasolina” para los activos financieros, pero a medio y largo plazo, nadie se aventura a concretar el impacto.

Ante esta situación la gestión de las carteras, se inclinan por ser multiactivos, globales en todo el mundo y muchas de ellas con sesgo defensivo, para protegerse del cambio de ciclo. Los valores de moda hasta ahora, como los llamados value, parece que no van a pasar por su mejor momento, como ya estamos viendo en lo que llevamos de año.

Los inversores tendrán que adaptarse a soportar más volatilidad, rentabilidades más ajustadas y conseguir preservar los patrimonios con la mayor diversificación posibles de estrategias de inversión.