Con la resaca post electoral superada, ahora toca arremangarse y que cada uno cumpla con el papel que las urnas les han asignado. En lo que todos los analistas políticos coinciden es en el hecho de que ningún partido va a dejar clara su posición, hasta que no pasen las elecciones del 26 de mayo.

Tan clara es esa realidad, que hasta los mercados financieros han pasado de puntillas sobre el resultado electoral. De hecho el lunes de resaca, es decir, el 29 de abril, ha pasado a la historia por ser el primero en el que sube el IBEX 35, desde su creación en 1992, tras una cita electoral. Aunque comenzó la sesión con recortes,finalmente terminó subiendo, contagiado por el resto de mercados.

Con esta situación, no debemos interpretar que a los mercados no les importaba el resultado, sino que se han quedado muy tranquilos, sabiendo hay opciones de Gobierno que no pongan en riesgo la unidad de España y las exigencias de Bruselas.

La primera conclusión clara, es que el PSOE será el partido responsable de todo lo que suceda en España, tanto en lo social como en lo económico, durante la próxima legislatura. El actual presidente, en funciones, tendrá por delante el desafío de intentar romper con el pasado de los Gobiernos de izquierdas, que enfrentándose a situaciones económicas difíciles, han dañado más a la mayoría de los españoles, que beneficiado.

El nuevo Gobierno de izquierdas, será el primero en la democracia española, que va a gobernar con las arcas públicas vacías o casi, con el déficit publico en el 100% del PIB, recordemos que con Zapatero estábamos en torno al 40%, y con Bruselas exigiendo que hasta 2022 se bajen los niveles de déficit actuales. Tarea difícil para cualquier gobierno, pero posiblemente para el actual, una tarea ardua, porque nunca lo han hecho. Veremos a cuantos decepcionan, porque esa será la realidad.O decepcionan a sus posibles socios de Gobierno, vengan de la izquierda radical o de los liberales, o a sus votantes, que esperan gasto público como si fuésemos la primera economía del mundo, pero eso es impensable, porque Bruselas aprieta con las cuentas. Lo más probable es que decepcionen a todo el mundo,intentando contentarlos a todos. Tenemos cuatro años por delante para comprobarlo.

Lo que ya han hecho esta semana es enviar a Bruselas el programa de estabilidad que les habían exigido, bajo el título “Programa Nacional de Reformas”. Un documento de buenísimas intenciones para contentar a quien lo recibe, hablando de que se va a llevar a cabo una política de gasto público más eficiente, no menor en ningún caso, y un aumento de la recaudación, para reducir el déficit público hasta 2022.

Las subidas de impuestos son una realidad, la duda es si comenzarán en este 2019, o esperarán a 2020. Si se mantiene el plan ya anunciado con anterioridad a las elecciones, las subidas de impuestos vendrán tanto de los directos como de los indirectos. Se verán afectados tanto el IRPF como sociedades, puede que llegue el impuesto del diésel, las transacciones económicos e incluso algún otro.

La certeza también es que todos los españoles se van a ver afectados, sea directa o indirectamente, por tanto que nadie se sienta excluido ni privilegiado. Ahora toca esperar, ver, analizar y tomar decisiones patrimoniales para protegerse del invierno, que ya está llegando, al menos en Europa y en concreto en España. Los americanos siguen en su particular festival veraniego con el empleo en niveles máximos de los últimos 49 años y con máximos históricos en su índice bursátil S&P 500, aunque también saben que el otoño está llamando a la puerta.