El primer trimestre del año está cumpliendo con las buenas expectativas que se habían augurado para los mercados financieros en este 2019.

Los inversores que han mantenido la calma y con las carteras muy diversificadas, han visto como han recuperado casi todo lo que perdieron en el año anterior. Por tanto las luces de este primer trimestre, han venido en forma de beneficios tanto para la renta variable como para la renta fija.

Lo que lo ha motivado es la negociación entre EEUU y China para acabar con la guerra comercial que comenzó hace un año y que está teniendo impacto en la desaceleración de la economía mundial. El hecho de que la Reserva Federal haya dejado claro que no va a subir tipos de interés, también ha ayudado bastante a la tranquilidad de los mercados, aunque en la última semana, algunos han empezado a argumentar, que tal vez la situación de la economía americana es más delicada de lo previsto, sobre todo, por los fantasmas que supone la curva de tipos invertida. La última vez que sucedió eso, la economía americana entré en recesión, y aunque ahora buena parte de los economistas no ven similitudes, la inquietud está ahí.

Las sombras que acechan al segundo trimestre, se centran en las incertidumbres sobre el Brexit, la desaceleración de las principales economías del mundo, el resultado final del acuerdo comercial entre EEUU y China y las incertidumbre políticas en países como el nuestro.

En clave doméstica, el sector bancario español, está en una encrucijada, que les está llevando a anunciar las fusiones que ya aventuraban desde el Banco Central Europeo hace meses. Los tipos de interés bajos durante mucho más tiempo, está obligando al BCE a buscar alternativas para aliviar a la banca. Cobrarles menos por el dinero que les prestan, calculan los expertos que les supondrá un ahorro de unos 7.000 millones de euros, pero eso no va a paliar la realidad de la escasa rentabilidad que están obteniendo y que prova caídas en sus cotizaciones.

Esta semana hemos conocido que Banco Sabadell está planteándose una fusión con Bankia, antes que hacer una ampliación de capital, para fortalecer sus solvencia.

Con esta realidad, las sombras sobre el futuro de la banca cada vez son mayores y más alargadas.

Las citas electorales de los próximos meses también están generando una enorme inquietud, a tenor de los resultados que apuntan las encuestas. El último informe del Banco de España ya dejaba clara la situación tan vulnerable de la economía española, que se vería agravada por las políticas económicas que pretende llevar a cabo el actual presidente del Gobierno, si vuelve a salir reelegido.

Con este panorama, los mercados financieros estarán sometidos a una cautela permanente, hasta que se vayan despejando las incógnitas y con ellos prever hacía donde pueden ir las cuentas públicas y el impacto en las empresas.

Mientras tanto, en la Zona Euro, muchos inversores buscan refugio en el bono alemán, que con rentabilidad negativa, al igual que sucedió en el año 2016, recoge el patrimonio de los que buscan el país más solvente y confiable, sin importar que en los próximos 10 años, su rentabilidad sea negativa.