La principal certidumbre es que ya estamos en un año plenamente electoral. Las elecciones generales para el 28 de abril, sumadas a las europeas, autonómicas y municipales en mayo, sumen al país en la mayor incertidumbre política que podíamos tener, provocada por la moción de censura el año anterior y el retraso en la convocatoria de elecciones generales.

La certidumbre que también se nos puede provocar con esta situación, es que dentro de cuatro años tengamos otro super año electoral, si se agota la legislatura que saldrá de las urnas este año. Los comicios europeos se desmarcan, al ser convocados cada 5 años y algunas Comunidades Autónomas, pero la gran mayoría no lo harán.

Los fallidos Presupuestos Generales del Estado son la excusa, pero la causa real es el imposible experimento que los socialistas han intentado, para llegar al final de la legislatura a costa de casi todo, si no se les vuelve en contra la opinión pública, los resultados electorales en Andalucía y la presión de unas encuestas a la baja, que les demostraban que los ciudadanos cada día estaban más cansados de políticas espectáculo.

La certidumbre también la tenemos en que, de momento, nuestra economía va a seguir creciendo, aunque menos, afectada por el menor crecimiento en la Zona Euro y en el mundo. Los Presupuestos que buscaban subir impuestos de forma temeraria han fallecido, y esa certidumbre da un respiro a las empresas, que veían como una tempestad todo lo que se les avecinaba, desde varios frentes.

La incertidumbre será si de las urnas saldrá un Gobierno que permita dar estabilidad a la siguiente legislatura, y al que se le puedan exigir las reformas estructurales pendientes que necesita nuestro país. Lo cierto es la imperiosa necesidad de que eso suceda, porque un país ingobernable con un cambio de ciclo económico, que está constatado, puede causar enormes daños a la maltrecha clase media de nuestro país. Una clase media que está viendo que los bandazos extremos de política económica, a los que se somete al país, cada dos legislaturas, está minando su renta disponible y su capacidad para mantenerse a flote.

Que los retos económicos para el futuro son cada día mayores, es una realidad aceptada por todos. En las próximas citas electorales, la sociedad demostrará si sabe defender sus intereses, o está abocada a seguir dando pasos hacia atrás. 

La importante novedad, respecto a las anteriores elecciones, es que la ciudadanía ya tiene más claro lo que puede esperar de las formaciones políticas que aspiran a gobernar España. Los nuevos partidos que llegaron al poder hace unos años, ya han demostrado de lo que son capaces, de ahí que los ciudadanos tengan mayor y mejor visibilidad. Antes hablaban de lo que harían cuando llegasen al poder, ahora ya los pueden juzgar por sus obras, lo que sin duda es un gran avance.

En este punto nos queda recordar a Platón cuando decía: “ El precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres