Llegamos a finales de 2018 y como ya se esperaba, no hemos tenido ni rally de fin de año, ni milagro que enderezase los mercados financieros. Con esta realidad, ahora toca hacer balance del año terminado y preparar las estrategias para 2019.

Ante el balance de 2018, los expertos afirman que hemos asistido a un año realmente complicado, donde el 90% de los activos financieros van a cerrar con pérdidas y además, han estado totalmente correlacionados, es decir, que se han comportado de la misma manera. Esta realidad hacía una década que no se producía, lo que nos sitúa en una situación realmente excepcional.

Cuando vivimos algo similar en 2008, las entidades financieras estaban quebrando, la liquidez se había secado y las economías entraban en recesión. En esta ocasión nada de aquello está pasando, de ahí que la gran mayoría de gestores y economistas coinciden en afirmar, que el mercado se ha “pasado de frenada”.

Las economías van a crecer menos en 2019, pero excepto para unos pocos pesimistas, no se prevé que entren en recesión. China creciendo menos, está más receptiva a reducir aranceles, y mejorar sus relaciones comerciales con EEUU. El año próximo está repleto de desafíos, pero los mercados deberían comportarse con más racionalidad, separando el comportamiento de los activos que están mejor, de los que se encuentran en situación más comprometida, como por ejemplo el sector financiero o el tecnológico, según los expertos.

Los inversores al hacer su particular balance de sus carteras de inversión, como ya han visto en los últimos meses, se encuentran con pérdidas anuales, al margen de tener perfil conservador o agresivo. Esta distorsión se produce, porque tanto los activos de renta fija, como los de renta variable, han caído en 2018. 

Siempre que estamos en esta situación, los inversores más experimentados y mejor asesorados, saben tomar decisiones que les permitan recuperar las pérdidas, en el año próximo o cuando los mercados lo permitan. La crítica situación vivida en 2008, con caídas anuales en renta fija por encima del 10%, o en renta variable entre el 50 y 60%, fue oportunidad para los inversores que entraron en esos niveles, para los que tenían estrategias muy diversificadas, en 2009 habían recuperado la gran mayoría y para los que tenían acciones de bancos, productos estructurados o preferentes, sus patrimonios sufrieron estragos irreparables.

Para los inversores, ahora están en el mismo momento que entonces. Ante la encrucijada de qué hacer con sus patrimonios. Los que acertaron en 2009 con sus decisiones, tienen más posibilidades de hacerlo en 2019 y los que se confundieron en 2008, tienen la oportunidad de no volver a equivocarse en esta ocasión.

Para los inversores que se encuentran en con sus primeras caídas en los mercados, al igual que les ha pasado al resto en los últimos 30 años, deberán estar muy bien asesorados, para tomar las decisiones correctas, que nunca vienen de la mano de las emociones, o la precipitación, como tampoco de la compra de productos financiero de moda en las entidades.

Ahora y de forma inmediata, nos toca seguir disfrutando de las fiestas, preparándonos para comer las uvas, despedir 2018 y darle la bienvenida a 2019.

 

Feliz Año Nuevo!