Hemos asistido a una semana cargada de fiestas, celebraciones, noticias contrapuestas y unos mercados que se han movido a golpe de conjeturas o emociones, con una importante volatilidad.

A los inversores les sigue costando acostumbrarse al aumento de la volatilidad en los mercados financieros. La operativa actual en renta variable, muy poco tiene que ver con la que se llevaba a cabo hace unos 30 años, cuando se puso en marcha el mercado continuo, con la Ley del Mercado de Valores.

La operativa actual, plagada de algoritmos y de órdenes súbitas, que se ejecutan de forma inmediata con importantes cantidades de dinero negociado, nos lleva diciendo desde hace años, que hay que acostumbrarse al aumento de las fluctuaciones fuertes del mercado, tanto para subir como para bajar.

Esta semana ha sido un buen ejemplo de ello, con subidas importantes en la sesión del lunes,tras la tregua en la guerra comercial entre EEUU y China, en el G20 el pasado fin de semana. Las dudas sobre la consistencia de ese acuerdo, así como las dudas sobre la fortaleza del crecimiento de la economía americana, provocaron caídas de significativo calado, a lo largo de la semana. Si además unimos la festividad del mercado americano el miércoles, así como el bajo volumen negociado el jueves en España, al ser la festividad de la Constitución en su 40 aniversario, encontramos un caldo de cultivo muy apropiado para lo sucedido.

En la jornada de ayer, a muchos profesionales financieros o inversores demasiado pendientes de los mercados, les saltaban los avisos en sus teléfonos de que el mercado español estaba cayendo con fuerza. Mientras se celebraba la buena salud dela Democracia Española y los 40 años de la Carta Magna, el selectivo español Ibex 35, con una caída de casi el 3%, se anotaba su peor sesión del año.

La gran mayoría de los economistas en sus estrategias para 2019 no ven en principio problemas graves en las valoraciones de las empresas en general, ni en los crecimientos económicos a nivel mundial. De hecho creen que si se relaja la tensión comercial entre las principales economías del mundo, con un petróleo en estos niveles y con la Reserva Federal Americana levantando el pie del acelerador en las subidas de tipos, el año próximo debería dar alegrías a los sufridos inversores de renta variable.

La semana próxima,  con todos los día hábiles y sin festividades por el medio, los mercados se someterán definitivamente a la prueba de si tendrán o no su rally de final de año. El lunes de esta semana, tras la tregua comercial, eran muchos los que se apuntaban a que se produciría, para ayudar a reducir los resultados negativos de las carteras en 2018. A final de la semana y con más gente de puente en nuestro país, que pendientes de interpretar lo que está sucediendo en el mercado, las dudas son lo que predomina.

Tendremos que poner nuestras esperanzas en 2019 y la opinión de los expertos con sus estrategias para el año próximo.Antes de que lleguemos al 24 de diciembre y con ello, el comienzo de las fiestas de Navidad y las carteras de los gestores con el año cerrado, tendremos por delante dos importantes semanas, en las que los índices mundiales se juegan el resultado final de este accidentado 2018, en el que ya podemos decir que no se cumplirá la máxima, que reza para algunos en el mercado, de que según se comporte el mercado en enero, así será el resto del año. Recordemos que enero de 2018 fue un mes excepcionalmente bueno para los mercados, que no se ha vuelto a repetir durante el resto del año y que a estas alturas podemos afirmar, con pocas posibilidades de error, que no se va a saldar con rentabilidades positivas.