Tal vez esta semana, o alguna de las siguientes, podamos decir que el pánico de los inversores ha tocado fondo. Ya sabemos que el mes de octubre suele ser un mes difícil en los mercados financieros, de ahí que no debamos sorprendernos mucho de lo que estamos viendo.

Hay demasiados factores influyendo de forma negativa en los mercados: tenemos guerras comerciales, gobiernos en Europa que no cumplen la ortodoxia de proponer presupuestos “razonables”,socios comunitarios que no saben cómo salir del Club Privado que supone la Unión Europea, sin dañarse o dañar a sus socios, y también tenemos a primera economía del mundo, a una velocidad de crucero, a la que todos miran, para observar si en algún momento muestra algún signo de debilidad.

Como explica el economista jefe de Andbank, Alex Fusté, en un artículo digno de leer completohay motivos más que fundados, para la esperanza y para la paciencia, esperando que alguna buena noticia, cambie la dirección del viento y empuje a los mercados de renta variable hacia arriba, es decir, a lugares más realistas en valores que reflejen los buenos resultados de muchas compañías.

Lo que es innegable es que en el momento del ciclo económico que nos encontramos, y teniendo en cuenta que ya hemos pasado de la mitad de la fase alcista, e incluso para los índices americanos, podrían estar al final, no todos los valores ni todos los sectores lo van a hacer bien. Las tecnológicas americanas puede que ya estén fuera de precio, de ahí que el dinero salga de ellas, buscando un huésped más barato y con mejores expectativas de rentabilidad. Muchos expertos consideran que los sectores cíclicos, serán los más beneficiados con entradas de dinero. De ahí que muchos gestores de fondos mixtos flexibles, ya estén adaptando sus carteras de renta variable en esa dirección.

Un sector que merece una mención a parte es el financiero, sobre todo en Europa y en concreto en España. Que las cotizaciones de los bancos no hacen más que bajar es algo que estamos viendo de forma alarmante durante los últimos 10 años, sin contar todos los que han desaparecido, el último el Banco Popular, lo cierto es que no saben como hacer rentable el negocio tradicional y su futuro está más repleto de retos o amenazas que de certidumbres. Con esa realidad incuestionable, los inversores poco pueden esperar de sus acciones bancarias.

La diversificación de activos, estrategias y gestoras, es el único camino para los patrimonios que busquen la garantía de preservar capital y obtener rentabilidad por encima de la inflación en los próximos años. Las apuestas de concentración de activos en bancos o vehículos de inversión de bancos tradicionales, tienen muy complicado ayudar a los inversores en sus objetivos de protección de los patrimonios.