Esta semana estamos asistiendo a la formación de Gobierno en la tercera economía de la Zona Euro, es decir, Italia, donde los partidos populistas, la Liga y el Movimiento 5 estrellas, han llegado a un acuerdo para evitar tener que convocar nuevas elecciones.

El primer borrador de acuerdo apuntaba la idea de que el BCE les condonase la deuda y jugar con el posible abandono del euro. Como se pueden imaginar ustedes, la sola idea del planteamiento, no hace ninguna gracia a los mercados financieros, ni aunque se produzcan declaraciones posteriores desdiciéndose. Por ello en Italia está subiendo la prima de riesgo, bajando la bolsa y por contagio, algo le toca a España, además de a la cotización del euro.

También hablan de mejoras sociales, que como siempre, la pregunta recurrente que los ciudadanos se deben hacer es, ¿Quién lo va a pagar?. Recordemos como terminó la tragedia Griega, que empezó de manera muy similar.

En España tenemos que hablar de que Cataluña ya tiene presidente de la Comunidad y la situación, lejos de generar confianza, cada vez provoca más pesimismo entre los expertos políticos, de que el enfrentamiento con la ley y el Estado de Derecho, va a ser  un auténtico choque de trenes en los próximos meses. El empresariado ve claramente una situación enquistada que hará retroceder el crecimiento económico de la Comunidad, como ya está sucediendo, y del conjunto de España, si las inversiones extranjeras que pensaban llegar Cataluña, no eligen otro destino en España.

Por si todo lo anterior nos parece insuficiente, en este análisis de los populismos, vengan por la derecha o por la izquierda, tenemos que hablar de la embajada de EEUU en Israel, inaugurada esta semana y que ya está generando tensiones importantes en la zona.

Volviendo a España, y como ya hemos mencionado en otras ocasiones, la debilidad del Gobierno, le está haciendo tomar decisiones políticas y económicas, más propias de Gobiernos populistas, que suyas, lo que nos lleva a aceptar que el populismo está teniendo un gran protagonismo en todo lo que está sucediendo en muchos países del mundo en este momento.

Las arenas movedizas que ello conlleva, contrasta con la firmeza de los líderes políticos de Francia y Alemania, Macron y Merkel, por intentar refundar la Zona Euro para garantizarle un futuro estable. Mientras, Reino Unido no sabe cómo encaminar el Brexit, lo que provoca enormes incertidumbres a las empresas que tienen relaciones comerciales con ellos, por la inseguridad jurídica que el proceso está generando.

Como vemos, populismos y demagogia por doquier, para unos ciudadanos que intentan desesperadamente o volver a la gloria del pasado o mantener privilegios, o buscar un bienestar económico y social permanente sin cambios drásticos del pasado, y donde la gran pregunta sigue siendo, ¿Quién va a pagar todo lo que se promete?