El presidente del BCE ha dejado claro esta semana que la economía de la Zona Euro crece de forma moderada, después de alcanzar los máximos en 2017. Por ello tiene cierta flexibilidad para retirar los estímulos de forma gradual.

Lo más significativo de sus declaraciones, viene de la afirmación de que la moderación del crecimiento puede ser permanente. El presidente del BCE se encuentra ante la tesitura de comenzar la retirada de los estímulos de forma gradual después del verano o hacerlo de golpe, para pasar posteriormente a subir tipos de interés en 2019.

Los daños que a futuro puedan sufrir las economías y las consecuencias del pinchazo de la burbuja o burbujas que se están generando con el exceso de liquidez generada durante tanto tiempo, va a depender de las medidas de Draghi, así como la evolución del ciclo económico de EEUU.

Las cada vez más insistentes afirmaciones de que la economía americana entrará en recesión en uno o dos años, nos recuerda, que lo que sucede en esa economía, afecta a todas las demás.

Buena parte de los economistas reflejan como debilidades en las economías occidentales el envejecimiento de la población, el bajo consumo, los bajos precios de lo que se consume, el enorme endeudamiento y la baja productividad. Todo esto es mayor o menor preocupante según qué país se analice, pero todos tienen ese denominador común de desafíos.

Lo que la mayoría se preguntan es cómo va a afectar las subidas de tipo de interés, los cambios de ciclo y la disrupción constante de la tecnología en las variables económicas de cada país. También podríamos aplicarlo a cada familia y este caso, dependerá de lo que hayan aprendido de la crisis anterior.

España no está en una situación de privilegio, porque apenas se ha avanzado en las reformas estructurales que menciona constantemente el Banco Central Europeo e incluso, motores de la economía como el turismo, están aminorando su velocidad.

El populismo instalado en los presupuestos generales del Estado, por la debilidad del Gobierno, que retrasa la reforma de las pensiones, entre otros asuntos, sólo hace que dar pasos hacia atrás, que supondrán un enorme coste social a medio y largo plazo.

Nuestra sociedad empieza a instalarse en un sálvese quien pueda, donde la gran mayoría va a tener que hacer enormes esfuerzos para conseguirlo. La buena noticia es que estamos acostumbrados y ya tenemos muchas horas y años de entrenamiento para sobrevivir a las dificultades.