La semana central del mes de febrero está dando un respiro a los inversores, tras las moderadas subidas que han tenido los principales índices del mundo.

Una vez superado el impacto del primer gran susto del mercado, los gestores y economistas, siguen coincidiendo en que la buena marcha de la economía mundial, por el momento, da consistencia a sus argumentos de que la renta variable seguirá siendo rentable para este 2018.

El dato de inflación americana, con una subida del +0,5% en EEUU en el mes de enero, confirma que se está acelerando la inflación en EEUU, que para algunos ha sido el detonante del recorte. No obstante, los mercados han recogido con absoluta pasividad esa confirmación, bien sea porque está descontado en los precios actuales o porque no era la principal causa de la caída de los mercados.

Aléx Fusté, economista jefe de Andbank, considera que el cambio de legislación en China, que limita la actividad de los bancos, también ha estado detrás del primer susto del año.

Los buenos resultados empresariales también se consideran un argumento a favor de los mercados de renta variable. Por mercados, tanto Asia como Europa, son los que más gustan a la mayoría de los gestores y economistas, mientras que ponen reservas a EEUU y buena parte de los bonos corporativos.

Con todo ello, la mayor parte de los gestores han aprovechado las caídas, para comprar a precios más baratos, esperando que el mercado de renta variable tenga el comportamiento que esperan y con ello obtener el beneficio correspondiente. Todos coinciden también en aceptar que la volatilidad seguirá siendo alta, lo que elimina la esperanza de que sea como el año anterior.

Ante esta situación los inversores deben mantenerse fieles a una estrategia de prudencia, pero sin temores en el corto plazo. Lo que para nada resulta conveniente, es perder de vista la diversificación de activos y estrategias con distintas gestoras, para asegurarse mejores resultados.

También deberán olvidarse del placentero año 2017 y prepararse para posibles nuevos episodios de sobresaltos, que como siempre, pasarán y con los que ya deberíamos estar acostumbrados a convivir, dado que es el comportamiento habitual de los mercados de capitales.

Lo que resulta anormal es la baja volatilidad y enorme complacencia del año 2017.