Los mercados financieros han comenzado el año con subidas importantes, que no se veían desde hace años, lo que está haciendo más llevadera la vuelta a las rutinas diarias, tras las fiestas de Navidad.

No cabe duda que las primeras semanas marcan mucho las sensaciones sobre el nuevo año. El comienzo de 2015 fue de los más traumáticos que se recuerdan, con las caídas importantes del precio del petróleo y quiebras de muchas empresas del sector petrolero en EEUU. Todo ello hacía resurgir los fantasmas del año 2008, aunque afortunadamente, se cerró el año con beneficios.

Por el contrario, este 2018 ha comenzado con nuevos máximos para los índices americanos, subidas importantes en Europa y emergentes, avances importantes del precio del petróleo y nueva fortaleza del Euro contra el dólar, llegando a 1,21. La razón fundamental viene de los buenos resultados de las economías mundiales, que están empujando a los mercados de renta variable, ante la baja volatilidad vista en 2017 y la escasa rentabilidad de los activos más seguros.

No obstante, en el horizonte están apareciendo algunas nubes, como la afirmación de China de que va a reducir la compra de deuda americana, lo que ha provocados subidas de la rentabilidad de los bonos y que resurja el temor de la situación de posible burbuja en los mercados de deuda.

Cuando comenzamos enero, en los mercados se suele decir que si el primer mes del año es alcista, el conjunto del año lo será. Dado que muchas ocasiones no se ha cumplido, se habla menos de todo ello, pero siempre hay alguien que lo tiene presente.

Los distintos gestores está tomando posiciones diferentes en las actuales circunstancias. Para muchos, la cautela es la nota predominante, de ahí que estén elaborando carteras defensivas, que se comportarán mejor, si los mercados financieros empiezan a complicarse. Otros por el contrario, prefieren apuntarse al carro de las estrategias direccionales, es decir, seguir al mercado en sus avances, dejando a un lado posibles riesgos, lo que les hace subir más, en momentos como los actuales, pero si hay un cambio drástico, las caídas también pueden llegar a ser importantes.

Estas posiciones descorrelacionadas en la forma de gestionar, es algo que deben tener muy presentes los inversores, para poder analizar alternativas, complementar estrategias que les hagan cubrir cualquier comportamiento del mercado, consiguiendo preservar capital y evitar pérdidas importantes si hay complicaciones.

Recordemos que la mayoría de los economistas son moderadamente optimistas para el presente año, pero que hay que tener muy presente la cautela en las carteras.