El mes de agosto ha cumplido con lo que se podía esperar, es decir, bajo volumen, alguna sorpresa y recortes en los mercados bursátiles. El mejor indicador del mes ha sido el Euribor, que ha marcado un mínimo histórico en -0,15%.

El volumen de contratación en las bolsas ha sido unos de los más bajos en los últimos 10 años, y la llegada de septiembre ya está haciendo que aumente, con la vuelta a la normalidad de la actividad laboral, también en los mercados financieros.

El susto ha venido de la mano de Corea del norte y sus amenazas cruzadas con el presidente de EEUU, así como el misil que lanzó al pacífico sobrevolando Japón.

Ahora que ya estamos en septiembre, la pregunta que se hacen la gran mayoría de los inversores, es si las bolsas mundiales seguirán subiendo, como lo venían haciendo hasta la llegada del verano. La respuesta, como es lógico, no es unánime. Las principales amenazas que se encuentran, están centradas en las tensiones geopolíticas que han aumentado, así como en la fortaleza del euro o la incertidumbre sobre qué harán los Bancos Centrales de Europa y EEUU, con sus políticas monetarias en los próximos meses. También preocupa el impacto que en el precio del  petróleo o en los refinados puedan tener las consecuencias de las inundaciones en Texas, que ya está sufriendo las consecuencias, con un importante número de explotaciones cerradas.

Los que consideran que los mercados bursátiles van a seguir subiendo se apoyan en varios argumentos:

  • El primero es que buena parte de las empresas que cotizan en bolsa, están teniendo buenos resultados, que continuarán reflejándose en sus cotizaciones. De hecho quienes creen que la reforma fiscal de Trump se aprobará, lo cuentan como argumento a favor de las empresas. Afirmando al mismo tiempo, que la renta variable americana podría caer entre un 3% y un 7%
  • Los mejores indicadores económicos, sobre todo para Europa y Emergentes, les colocan entre los mercados favoritos, para continuar con las subidas.
  • El dólar débil beneficia a los mercados emergentes, pero pone en jaque a los europeos, de ahí la fragilidad en la balanza.

En cuanto a los mercados de renta fija, las subidas de tipos en EEUU y la rentabilidad actual de los bonos gubernamentales, llevan a buena parte de los analistas y gestores a recomendar posiciones de renta fija corporativa, por encima de la gubernamental.

Con todas expectativas y amenazas vamos a encarar la renta final del año, que como siempre, obliga a los inversores a revisar sus estrategias, a medio plazo, o sus posiciones tácticas. Todo ello teniendo en cuenta que en muchos casos no hay carteras de inversión bien estructuradas o diversificadas. La compra de productos financieros sin estrategia ni criterio, es una práctica desaconsejable, si se busca preservar el patrimonio y obtener rentabilidades atractivas.